Antes que una selección de obras éstos astronautas “invitan a reflexionar acerca de las estructuras subyacentes al mundo del arte. [Siendo] esta metáfora referente a la institucionalidad del arte [pues] con el devenir institucional de los procedimientos del arte, los artistas contemporáneos empezaron a fraguar nuevas facetas y maneras para entender su labor y el sentido de sus creaciones”.
Como todo proyectil, que se separa a pedazos quemando combustible por cada fase para salir de la estratósfera; así, cada piso ofreció esas estelas de partículas cósmicas creativas plagadas de sus tintes personales. De repente ante nosotros se abrió una Ventanilla única de la cual se asoma Yoshua Okón, con cinco piezas de instalación de video y fotografía. “Advierte la negociación implícita en el contacto de sus piezas con quien las mira, [mostrándonos la ironía de ser] una alusión directa a las «ventanillas» donde se llevan a cabo transacciones e intercambios de diversa naturaleza [tratando de] evidenciar los elementos que intervienen en sus acuerdos”.
Después de contemplar por ese breve espacio y regresando a la travesía “exploramos el desarrollo de la difusión y las consecuencias de la recepción en México de la noticia' que ha implicado un viaje como éste De la Tierra a la luna. Generando espectativas, controversias, brindando datos y más material para seguir soñando; con un cronograma ilustrado explica[n ...] cómo antes de la llegada del hombre a la luna, los artistas, poetas y literatos mexicanos se imaginaron la luna [contando también con] un apartado importante [en el cual se exponen] las aportaciones de nuestro país a la carrera espacial”. Pero aún y con todo, no se veía nuestro destino.
Hasta que llegamos al punto álgido de nuestro lanzamiento, la llegada al epítome de lo buscado; nuestro destino final por lo que recorrimos esos kilómetros de sueños, verdades disfrazadas de mentiras y viceversa, teatralidades y vanalidades, en fin... ALUNIZAMOS!!! De entrada nos encontramos con un pergamino insigne que versa de esta forma:
“[…] Bef logra brincar de una dimensión a otra como sus astronautas van brincando de asteroide en asteroide. Ayer era escritor, hoy es artista gráfico y mañana diseñador. Hace historietas que acaban colgadas en las paredes blancas de un museo. […] En rojo, negro y verde, con líneas gruesas, escasas y expresivas, Bef nos cuenta sobre las ilusiones de un futuro que nunca llegó, pero que gracias a su contundencia y efectividad, se proyecta hacia la eternidad, como muestra de que antes del fin del mundo, alguna vez, tuvimos sentimientos nobles y espíritu aventurero.”
Pepe Rojo
Y ya dentro efectivamente el blanco nos ataca entre los mismos dibujos, la historia fluye ágilmente entre nuestras miradas, atraídas a su vez por la animación del fondo. Sin embargo al centro se encuentran algunos sketches y otras historietas aunadas al lenguaje complementario semiescondidos, dentro de esa caja mágica de niveles corredizos y sobre ella el vestigio final, prueba de la eficiencia más no de la rapidez del sistema seleccionado de entrega… el testigo y cómplice de esta historia, logrando cerrar el ciclo.
Finalmente, salir de ahí es más fácil que entrar… pues ahora los sueños, los conceptos y las ideas se quedan flotando en la mente; dejándonos llevar a todos los mexicanos asistentes al espacio interior de cada partícipe de la escena.